16 mar 2009

Derecho a pensar

Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar.
Hypatia de Alejandría.

Hace poco leí esta frase de Hypatia, y me gustó sobremanera. Me recordó a una máxima que aprendí cuando jugaba al ajedrez: es mejor jugar con un mal plan que jugar sin plan.

Pongamos un ejemplo futbolístico, que creo que se va a entender mejor. El Real Madrid se dispone a jugar un partido. El entrenador le dice a los jugadores que hagan lo que les dé la gana, y que sea lo que Dios quiera. Aunque es posible que el equipo gane, lo normal es que ese partido lo pierda. Si gana, el entrenador no sabrá por qué ha sido, y si pierde tampoco, con lo cual no podrá reparar los errores para el próximo enfrentamiento.

En cambio, si el entrenador organiza un plan de juego, sea cual sea el resultado del partido, seguro que algo habrá ganado: información acerca de cómo debe plantear el próximo encuentro. Esta es la forma más segura de aprender.

Hay tres razones por las que me gusta tanto esta cita:

- La primera, porque la mujer a la que se atribuye la cita (la protagonista de la película de Amenábar, "Ágora") pagó caro tomarse el derecho a pensar.

- La segunda, porque describe a la perfección la actitud que hay que adoptar a la hora de estudiar Matemáticas. No conviene para nada intentar aprender a realizar los ejercicios de memoria, cambiando por un 2 lo que en otro ejercicio era un 3, sin razonar... Debemos acostumbrarnos a hacer los ejercicios pensando, asegurándonos de que en cada paso tengamos un porqué, una razón de ser. Puede que nos equivoquemos, sí, pero si hemos hecho el esfuerzo de pensar una explicación en cada paso que damos, estamos en el camino correcto, y aprenderemos sin dificultad en cuanto nos den la explicación correcta. En cambio, memorizar ejercicios para luego hacer los demás por simple "sustitución", sin entender el contenido de fondo, es perder el tiempo.

- La tercera, porque esta frase ilustra una actitud que es conveniente adoptar en nuestra vida. Me parece altamente recomendable tener claro en cada momento qué estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo (¿por qué voy al instituto?, ¿por qué me gusta ver la tele?, ¿qué gano si me llevo toda la tarde jugando al ordenador?, ¿verdaderamente soy "guay" por ir en el coche con la música puesta a todo volumen molestando a los demás?...) . No creo que sea la mejor opción ir en la vida dando tumbos, haciendo las cosas sin "saber por qué", simplemente porque los demás las hacen. Se trata de que llevemos a cabo nuestras acciones pensando, pues aunque nos equivoquemos, pensar de manera errónea es mejor que no pensar.

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